jueves, 20 de diciembre de 2007


Me invitas a tus fantasías y yo quiero provocarte más, que no puedas resistirte a mi voz, a mis palabras, a mi tacto. Quiero que esa cama sea compartida, que tu piel se erize con mi piel, que tu sudor se mezcle con el mío, que mis labios acaricien tu lengua. Quiero que mi sexo sea tu placer, que no puedas resistirte a su vigor y que tus manos se avalancen sobre él, que lo introduzcan en tu interior y me pidas que no pare.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mis senos descubren el deseo, erizados hacia tu cuerpo, mi piel se desborda de sensibilidad, tus manos designan caminos a recorrer por tu lengua, tu sexo atento a mis gestos, palpitante ante mis juegos, el mismo pavor, el mismo ardor, la misma sensación de desesperación saciada con la fusión de ambos cuerpos, el desbordar de los fluidos, el descontrol de las lenguas, la huida de los gemidos y la ansiedad de las manos.

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Humbert dijo...

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