sábado, 15 de octubre de 2005

Weekend en Londres (II)

Su habitación estaba dos puertas más allá de la mía. Las maletas, aún sobre la cama, acabaron en el suelo enmoquetado. Marina era la que dirigía. Le gustaba sentirse poderosa. Con dos movimientos de muñeca su vestido cayó al suelo. Se quedó vestida con un conjunto negro, clásico, liso. No necesitaba más para destacar. Se acercó a mí y sin mediar palabra, me quitó la camiseta y empezó a desabrocharme los tejanos que me había puesto para llegar hasta su habitación.

Rebeca se mantenía alejada, mirándonos. La presencia de Marina había frenado sus primeros impulso. "Ven, acércate", le dije, con la voz más tranquilizadora que pude, mientras le tendía mi mano. Cuando la tuve a mi lado la besé, como había hecho unos minutos antes en mi habitación. Marina acariciaba todo mi cuerpo, al tiempo que yo volvía a desnudar a Rebeca. Una vez desnuda, la tendí sobre la cama y Marina y yo nos dedicamos a explorar todo su cuerpo. Marina empezó por su cuello, llegó hasta su oreja y empezó a jugar con su lengua en ella. Yo acariciaba su vientre, descendiendo hacía sus muslos. Aún llevaba puestas unas braguitas blancas muy finas. Pase mi mano por encima de la tela. Note como sus músculos se contraían. Marina ya había llegado a los pechos de Rebeca y estaba lamiendo sus rosadas areolas. Los pezones empezaron a mostrarse, a la vez que se endurecían. Rebeca estaba completamente abandonada a nuestras atenciones. Los ojos cerrados, la cabeza ladeada y los labios entreabiertos dejando escapar pequeños gemidos de placer. Mi mano se coló entre la tela y su pubis. Acaricié su coño, perfectamente depilado, y baje hasta llegar a su húmedo sexo. Con el dorso de la mano separé la tela y con mis dedos empecé a acariciar y pellizcar los labios de su coño. Rebeca se movió ligeramente. Marina estaba ahora besándola en la boca, sus lenguas estaban acariciando los labios de la otra. Sus manos jugaban con los dedos de la otra. Yo empecé a lamer los labios de su coño, al tiempo que iba separándolos más y más, para así poder llegar más dentro de ella. Mi lengua recorría su sexo, llegando cada vez más cerca de su clítoris, hasta que lo noté duro en mis labios. Me centre en su placer. Mis labios lo acariciaban suavemente mientras mi lengua lo tocaba levemente. Sus manos me acariciaban el cabello, apretando mi cabeza contra su sexo.

Marina dejó de acariciar y besar a Rebeca para empezar a acariciarme a mí. Sus manos recorrieron toda mi espalda hasta llegar a mi culo. Lo apretó con fuerza para pasar después una de sus manos por debajo de él hasta llegar a mis testículos. Jugó un rato con ellos para alcanzar por fin mi polla, ya en erección. Empezó a subir y bajar su mano por ella. Yo me abrí un poco de piernas para facilitarle el acceso. Mis dedos empezaron a follar a Rebeca. Entraban poco a poco, para después girar en su interior, y volver a salir. Primero a ritmo lento, para ir acelerando conforme su vagina se dilataba y humedecía. Marina ya tenía mi polla en su boca y estaba follándome con ella. No chupaba, me follaba deslizando sus húmedos labios desde el glande hasta la base de mi pene erecto. Aquella follada hizo que yo acelerará aún más mis dedos en el coño de Rebeca. Ya eran cuatro. No podía esperar más. Tenía que penetrarla. Mi polla estaba a punto de estallar en la boca de Marina, que ahora se dedicaba a chupar, lamer, mordisquear mi sensible glande, a la vez que su mano me pajeaba. Saqué la polla de su boca y la metí en Rebeca. Entraba y salía de aquel maravilloso sexo, mientras Marina iba acariciándonos. Nos corrimos. Me deje caer al lado de Rebeca. Marina se puso encima de mí y mirándome fijamente me dijo: "eeeh, solo un momento ¿vale? Todavía tengo que disfrutar yo. Y no me conformaré con algo normal darling". Rebeca asomó su cabecita por encima del hombro de Marina:"¡Y yo quiero repetir! La noche es larga y fuera hace mucho frío como para salir". Miré por la ventana y pude ver como empezaba a nevar. ¿Dónde iba a estar mejor que con aquellas dos diablillas, que con aquellos dos ángeles?

7 comentarios:

gemuchi dijo...

je..bien relatado!. Muy excitante si señor!.

Nos contarás más? :)

Los Tacones Rojos dijo...

Bueno... Es la primero vez q t visito. Y ha sido una visita muy placentea. Sí señor!!Un viaje muy excitante. Te invito a mi blogg! Un beso

Humbert dijo...

gemmita: (y III).
inmiky: bienvenida.

un placer tenerlas por aquí.

Anónimo dijo...

- - -
uysss
me encantó
con rubor en mis mejillas
-pero aun el frio de mis manos no logra irse-
si alguien me recordara en un texto como el tuyo no podria dejar de tentarme


...y de obsesionarme
con la idea
de que en este planeta
existem personas como vos
con tus palabras
tus manos
tus ideas
tu respiración.

un beso
y
nos leemos.
- - -

(también en) www.fotolog.net/_missvezo_

Humbert dijo...

vos sos quién me roburizás a mí.
intentaré quitarle el frio de las manos también.

un placer.

Anónimo dijo...

Henry Miller
Sexus

Humbert dijo...

pedro(glup):tomo nota. gracias.