"La ventana daba a un patio interior grande, oscuro, con ventiladores y máquinas que rugían, con muros de ladrillo negros de hollín, con otras ventanas que pertenecían a habitaciones idénticas, con los cristales ligeramente opacos de mugre, algunas de ellas iluminadas cuando caía la noche, mostrando la presencia fugaz y lejana de alguien, el interior de una habitación exactamente igual a al mía. Había muchos pisos por encima, y no se vislumbraba el cielo. En el silencio se escuchaban a veces pasos y voces en los corredores del hotel, voces en inglés de las películas o los anuncios de la televisión en las habitaciones contiguas. Pero nunca había silencio en realidad, sino un rumor continuo y poderosos que no se amortiguaba, que resaltaba más de noche, cuando me despertaba con un sobresalto por culpa del cambio de hora y me decía incrédulamente a mí mismo que estaba en Nueva York, en un hotel del corazón de Manhattan."
2 comentarios:
¿Por qué me he leído los mismos libros que tú? jajaja. Este le leí hace dos años, en un viaje a Las Azores, y fue genial el estar a la vez en dos partes :)
cvalda: pues imagina lo que ha sido leerlo antes, durante y despues de mi estancia en nueva york...un placer tenerte por aquí, y ya me tienes intrigado y deseoso de visitar tu blog y ver si tenemos más coincidencias en gustos. nos seguimos leyendo. un placer.
Publicar un comentario