Sus mensajes no habían dejado lugar a equívocos respecto a sus intenciones. Y yo sentía una atracción irresistible por ella. Citarnos en aquella habitación de hotel había sido una consecuencia lógica de todo el proceso de tensión sexual de nuestra relación a distancia. Ahora, allí estábamos los dos, desnudos, frente a frente, sin tocarnos todavía, aguantándonos todavía nuestras ganas de acariciarnos. Hasta ese momento ni siquiera nos habíamos dado la mano. Lo habíamos evitado. Solo pensar en rozar su piel, hizo que mi polla creciera dentro del pantalón cuando nos dijimos: “hola” en el hall del hotel, unos minutos antes. Sabía que no la podría tocar hasta que estuviéramos en la habitación.
-"¿de verdad que me dedicarás todas tus atenciones como decías en tu mail? mira que soy caprichosa..."-me dijo con una mirada entre Lolita y lasciva. Me acerque a ella sin apartar mi vista de sus ojos. Mis manos rodearon su cintura y descendieron para apretar su culo con mis dos manos, acercando su sexo al mío: -"mi niña perversa, no dudes nunca en reclamar lo que creas tuyo, yo estaré siempre dispuesto a proporcionártelo"-. Ella cruzó sus brazos por detrás de mi nuca, fundiéndonos en un abrazo desnudo que se cerró en un beso salvaje. Mis manos subieron por su espalda, camino de su nuca. -"No me sueltes"- alcanzó a decir, en el tiempo que sus labios se separaban de los míos para lanzarse sobre mi cuello. -"Apriétame fuerte contra ti"- me dijo antes de empezar a mordisquearme el cuello. Mis manos bajaron de nuevo hacia su culo, duro, perfecto. Mi polla se desplazaba arriba y abajo por su pubis a cada movimiento de mi cadera. Ella abrió sus piernas, invitándome a que penetrará entre ellas. Sus dientes habían dado paso a su lengua, que me lamía suavemente la piel enrojecida por los mordiscos. Su cálido aliento no hacía más que erizar todo lo que estaba a su alcance. Mis dedos se mojaron nada más llegar a las cercanías de, lo que ella había definido como "la cueva de la loba". Su mano descendió hasta alcanzar mi pene, ya palpitante de excitación. Movió sus dedos arriba y abajo, al tiempo que con un suave movimiento lo introdujo en su lubrificada vagina. Seguí con mis movimientos de cadera, pero ahora estos se transformaban en rítmicas penetraciones de mi polla. Poco a poco nuestros cuerpos unidos se fueron desplazando hasta que su espalda topó con la pared. Mis penetraciones se hicieron más profundas y rápidas. Ella empezó a jadear al tiempo que giraba su cabeza ofreciéndome su esbelto cuello. Mis labios empezaron a besar su clavícula y fueron subiendo por su tersa piel hasta cerrar mi boca en el lóbulo de su oreja, acariciándolo con mi lengua. Una de mis manos ascendió lentamente por su vientre hasta alcanzar su pecho, que se estremeció al contactar mis dedos con su pezón. Su espalda se arqueó, sus ojos se entrecerraron, sus manos en mi espalda me apretaron aún más contra ella. Sentí sus pezones erguidos en mi pecho y como sus piernas se cruzaban sobre mi culo. Toda ella descansaba sobre mis piernas y mi polla. Rodamos hasta que mi espalda descanso sobre la pared. Haciendo fuerza con sus brazos, consiguió que mi polla no dejara de entrar y salir de su coño. Nuestros cuerpos ya sudorosos estaban en una continua tensión.
-"Ya es hora de que te pruebe"- dijo ella sacando mi polla de su interior, y dejándose caer sobre sus rodillas frente a mí. Mi pene estaba erecto delante de su rostro. Lo observó lascivamente antes de introducírselo en la boca y empezar a lamerlo. Sus labios mojaban todo lo largo de mi polla cada vez que esta entraba y salía. Cuando sentí que el semen estaba a punto de hacerme estallar, con mis manos acerque más su cabeza a mi vientre, introduciendo mi polla por completo en su boca. Una vez sentí sus labios acariciando el principio de mis huevos me corrí, dejando escapar un profundo gemido de placer. Ella no dejo de lamer mi polla hasta que esta empezó a perder volumen dentro de su boca. Sus besos fueron subiendo por mi vientre, mi pecho y mi cuello hasta llegar a mis labios. Nuestras lenguas se fundieron en una sabrosa danza.
-"Eres un canalla"- dijo ella mientras me daba un cachetazo en el culo, en su camino hacía la ducha. Yo seguí con la mirada el movimiento de su culo. -"Que sepas que esto no se acaba aquí. Ahora eres todo mío y harás lo que yo te pida"- la oí que me decía desde el baño al tiempo que empezaba a correr el agua de la ducha. -"Siempre me has tenido. Pide un deseo y se hará realidad"- le fui diciendo mientras me dirigía al baño.
Los dos entramos en la ducha. Ella me miró y me susurró: -"deja que te dirija por mi anatomía"-. Yo tenía en una mano una esponja enjabonada y en la otra el extremo de la ducha. Ella cogió con sus manos mis dos muñecas y empezó a acompañar mis manos por su cuerpo, mojándolo, enjabonándolo, mojándolo otra vez. Recorrimos sus brazos, desde las depiladas axilas hasta la punta de sus dedos; su cuerpo desde ese fabuloso cuello, pasando por sus magnificas y sabrosas tetas, hasta llegar a su pubis, con un bello vello, depilado, cuidadosamente, para formar un triangulo exquisito. Mis manos se liberaron de sus guías y sus cargas para acariciar esos labios mayores, para separarlos, para dejar paso a mi lengua, deseosa de lamer y acariciar. Poco a poco los lametones fueron alargando su recorrido hasta alcanzar su clítoris, ya duro. Mis labios se concentraron en él hasta sentir la necesidad de mordisquearlo suavemente. Los dedos índice y corazón empezaron a girar un cuarto de vuelta cada vez que entraban y salían de aquella rosada cueva. Noté como su cuerpo se convulsionaba en el momento del orgasmo. Mis dedos notaron como los fluidos aumentaban en su interior. Después de seguir por unos momentos, me incorporé e introduje mi polla en su coño. Antes de que pudiera correrme, pude notar como ella cubría mi polla con su corrida. Nuestros fluidos se mezclaron dentro de ella, igual que nuestros cuerpos se confundían bajo el agua.
Y ahora que ha pasado el tiempo, espero una cita con ella; con esa mujer caprichosa, desconfiada, y deseada. Porque sé que disfrutaremos. Porque sé que ella también lo desea.
-"¿de verdad que me dedicarás todas tus atenciones como decías en tu mail? mira que soy caprichosa..."-me dijo con una mirada entre Lolita y lasciva. Me acerque a ella sin apartar mi vista de sus ojos. Mis manos rodearon su cintura y descendieron para apretar su culo con mis dos manos, acercando su sexo al mío: -"mi niña perversa, no dudes nunca en reclamar lo que creas tuyo, yo estaré siempre dispuesto a proporcionártelo"-. Ella cruzó sus brazos por detrás de mi nuca, fundiéndonos en un abrazo desnudo que se cerró en un beso salvaje. Mis manos subieron por su espalda, camino de su nuca. -"No me sueltes"- alcanzó a decir, en el tiempo que sus labios se separaban de los míos para lanzarse sobre mi cuello. -"Apriétame fuerte contra ti"- me dijo antes de empezar a mordisquearme el cuello. Mis manos bajaron de nuevo hacia su culo, duro, perfecto. Mi polla se desplazaba arriba y abajo por su pubis a cada movimiento de mi cadera. Ella abrió sus piernas, invitándome a que penetrará entre ellas. Sus dientes habían dado paso a su lengua, que me lamía suavemente la piel enrojecida por los mordiscos. Su cálido aliento no hacía más que erizar todo lo que estaba a su alcance. Mis dedos se mojaron nada más llegar a las cercanías de, lo que ella había definido como "la cueva de la loba". Su mano descendió hasta alcanzar mi pene, ya palpitante de excitación. Movió sus dedos arriba y abajo, al tiempo que con un suave movimiento lo introdujo en su lubrificada vagina. Seguí con mis movimientos de cadera, pero ahora estos se transformaban en rítmicas penetraciones de mi polla. Poco a poco nuestros cuerpos unidos se fueron desplazando hasta que su espalda topó con la pared. Mis penetraciones se hicieron más profundas y rápidas. Ella empezó a jadear al tiempo que giraba su cabeza ofreciéndome su esbelto cuello. Mis labios empezaron a besar su clavícula y fueron subiendo por su tersa piel hasta cerrar mi boca en el lóbulo de su oreja, acariciándolo con mi lengua. Una de mis manos ascendió lentamente por su vientre hasta alcanzar su pecho, que se estremeció al contactar mis dedos con su pezón. Su espalda se arqueó, sus ojos se entrecerraron, sus manos en mi espalda me apretaron aún más contra ella. Sentí sus pezones erguidos en mi pecho y como sus piernas se cruzaban sobre mi culo. Toda ella descansaba sobre mis piernas y mi polla. Rodamos hasta que mi espalda descanso sobre la pared. Haciendo fuerza con sus brazos, consiguió que mi polla no dejara de entrar y salir de su coño. Nuestros cuerpos ya sudorosos estaban en una continua tensión.
-"Ya es hora de que te pruebe"- dijo ella sacando mi polla de su interior, y dejándose caer sobre sus rodillas frente a mí. Mi pene estaba erecto delante de su rostro. Lo observó lascivamente antes de introducírselo en la boca y empezar a lamerlo. Sus labios mojaban todo lo largo de mi polla cada vez que esta entraba y salía. Cuando sentí que el semen estaba a punto de hacerme estallar, con mis manos acerque más su cabeza a mi vientre, introduciendo mi polla por completo en su boca. Una vez sentí sus labios acariciando el principio de mis huevos me corrí, dejando escapar un profundo gemido de placer. Ella no dejo de lamer mi polla hasta que esta empezó a perder volumen dentro de su boca. Sus besos fueron subiendo por mi vientre, mi pecho y mi cuello hasta llegar a mis labios. Nuestras lenguas se fundieron en una sabrosa danza.
-"Eres un canalla"- dijo ella mientras me daba un cachetazo en el culo, en su camino hacía la ducha. Yo seguí con la mirada el movimiento de su culo. -"Que sepas que esto no se acaba aquí. Ahora eres todo mío y harás lo que yo te pida"- la oí que me decía desde el baño al tiempo que empezaba a correr el agua de la ducha. -"Siempre me has tenido. Pide un deseo y se hará realidad"- le fui diciendo mientras me dirigía al baño.
Los dos entramos en la ducha. Ella me miró y me susurró: -"deja que te dirija por mi anatomía"-. Yo tenía en una mano una esponja enjabonada y en la otra el extremo de la ducha. Ella cogió con sus manos mis dos muñecas y empezó a acompañar mis manos por su cuerpo, mojándolo, enjabonándolo, mojándolo otra vez. Recorrimos sus brazos, desde las depiladas axilas hasta la punta de sus dedos; su cuerpo desde ese fabuloso cuello, pasando por sus magnificas y sabrosas tetas, hasta llegar a su pubis, con un bello vello, depilado, cuidadosamente, para formar un triangulo exquisito. Mis manos se liberaron de sus guías y sus cargas para acariciar esos labios mayores, para separarlos, para dejar paso a mi lengua, deseosa de lamer y acariciar. Poco a poco los lametones fueron alargando su recorrido hasta alcanzar su clítoris, ya duro. Mis labios se concentraron en él hasta sentir la necesidad de mordisquearlo suavemente. Los dedos índice y corazón empezaron a girar un cuarto de vuelta cada vez que entraban y salían de aquella rosada cueva. Noté como su cuerpo se convulsionaba en el momento del orgasmo. Mis dedos notaron como los fluidos aumentaban en su interior. Después de seguir por unos momentos, me incorporé e introduje mi polla en su coño. Antes de que pudiera correrme, pude notar como ella cubría mi polla con su corrida. Nuestros fluidos se mezclaron dentro de ella, igual que nuestros cuerpos se confundían bajo el agua.
Y ahora que ha pasado el tiempo, espero una cita con ella; con esa mujer caprichosa, desconfiada, y deseada. Porque sé que disfrutaremos. Porque sé que ella también lo desea.
6 comentarios:
y cómo no serlo¿
/caprichosa, desconfiada, y deseada
labios de domingo..
chica lista ;)
Me ha gustado si si si, pero... no todo el mundo es capaz de hacer eso ;)
¿Por qué sabes que ella también lo desea? ¿Te lo ha dicho, lo intuyes o te gustaría que lo desease?
Abrazo orgiástico.
froymario: merci pour votre commentaire. j'espère pouvoir suivre avec des histoires qui vous intéressent.
speranza: y lista, se me olvidaba. un placer.
buscando: ni yo lo pretendo. ahí reside su encanto. sigue positiva, y suerte con el piso.
ella: 2 y 3. y espero que pronto 1. esa es mi intención. pero sin agobios.
Excitante.... si.... :-)
me gustó....
ve.: no suelo rechazar invitaciones de mujeres como esa...o como tú. un beso.
criztina: de eso se trata, de disfrutar y de hacer disfrutar. siempre, un placer.
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